Faur y Linares (1990) la define como un mensaje rápido, fiel y permanente para transmitir al destinatario lo que se piensa, se desea y se quiere, repitiéndolo sin cambios las veces que el destinatario desee.
Para lograr cartas eficaces, tendremos que escribirlas con cuidado, poniendo atención en lo que hacemos. Con un escrito rutinario, mal redactado, inadecuado, puede lograrse un efecto contrario al que pretendemos. La redacción de las cartas comerciales no tiene por qué ser una tarea aburrida o carente de creatividad. Podemos dar a nuestras cartas un «aire» diferente; sólo necesitamos poner atención y aprender practicando; es una habilidad que se adquiere con el tiempo. Para empezar, distinguiremos tres etapas en el proceso de elaboración:
Es una comunicación que tiene carácter documental y utilizan las empresas para ponerse en contacto con los clientes, proveedores, entidades, entre otros. Tiene importancia ya que contribuye a crear una imagen de la empresa y ayuda a coordinar actividades comerciales. Se realizan cartas para ofrecer productos, notificar promociones, realizar pedidos, solicitudes, demandas de pagos, presentación de personas, entre otros.